Arguing Awry
Should Menzingen ask Rome for recognition? No! How can apostates grant such a petition?
In the latest issue of the Society of St Pius X’s internal publication (mainly for Society priests), “Cor Unum,” the Superior General publishes arguments to defend and justify his relentless pursuit of the SSPX’s incorporation into the mainstream Church. He argues that the Society is right to be talking to today’s Roman officials. He presents basically two arguments. These need to be examined if they are not to continue creating confusion.
The first of the two arguments runs as follows: The Catholic Church, as the Immaculate Bride of Christ, is much more than just its corrupt officials, because it is a whole of which these officials are merely a part. But the Catholic Society of St Pius X must remain in contact with the Catholic Church. Therefore it must maintain contact, and continue to negotiate, with the corrupt officials.
The argument is easy to refute, as soon as one brings into view the Faith. Indeed Catholics must draw from the Immaculate Bride of Christ whatever they need to get to Heaven, but it is never from the corruption of the corrupt Church officials that they will be able to draw their spiritual life. And if these officials are so corrupt in the Faith that contact with them positively endangers that faith of Catholics which is the very basis of Catholics’ spiritual life, then Catholics must positively avoid such officials. Now the neo-modernism of today’s Roman officials is highly corrupt and corrupting, all the more objectively dangerous for its being more or less, on their part, subjectively innocent. Therefore Catholics wishing to keep the faith must stay well away from these Romans. “Cor Unum” argues as though neo-modernists present no danger to the Faith!
Archbishop Lefebvre drew the correct conclusion. When in the spring of 1988 he did everything he could have done (even, one may say, more than he should have done) to get the Roman officials to do their duty to look after Catholic Tradition, and even after over 10 years of the Archbishop’s efforts, they still refused, showing that, far from wanting to look after Tradition, they merely wanted to absorb it into their Newchurch, then the Archbishop concluded thay they were so corrupt in the Faith that he would have nothing more to do with them until they professed once more the Faith of the great anti-liberal papal documents, such as the Syllabus, Pascendi, and Quas Primas.
For indeed the Faith does not exist for the appointed Church officials, but they exist for the Faith. So if their fruits demonstrate beyond any doubt that they are destroying the Faith, then, to defend the Faith, not only should the Society not be talking to the Conciliar officials, it should, while observing all charity and respect, be fleeing them like the plague, for fear of itself being infected by their dangerously infectious Conciliar errors, unless and until, exactly as Archbishop Lefebvre sa id, they show that they are quitting their Conciliarism and coming back to true Catholic doctrine.
The second argument is that Rome’s granting of bishops to visit the Society’s seminaries (including Écône) is proof of Rome’s “benevolence” towards the Society, because Rome is “at a loss how to deal with the Society.” And once more a swallow here and there is taken to be signifying the summer of Rome’s conversion. The naivete is breathtaking. Rome knows exactly how to deal with the Society: send Conciliar bishops into Society seminaries to show its future priests how nice the Conciliar churchmen are. Then eventually the Society will just flow into the Newchurch.
The SSPX has no business to be asking for anything whatsoever from these Roman officials, appointees perhaps, apostates certainly. And if it gives them to think that, objectively and collectively, they are anything other than apostates, it will be “like to them, a liar” (cf. Jn. VIII, 55).
Kyrie eleison.
Español
Argumentos Falsos
¿Debería Menzingen pedir a Roma el reconocimiento?
¡No! ¿Cómo pueden apóstatas brindar tal otorgamiento?
En el último número de la publicación interna de la Fraternidad San Pío X (principalmente para los sacerdotes de la Fraternidad) “Cor Unum”, el Superior General publica argumentos para defender y justificar su implacable prosecución de la incorporación de la FSPX a la Iglesia de la corriente principal. Él argumenta que la Fraternidad está en lo correcto en hablar con los oficiales Romanos de hoy en día. Él presenta básicamente dos argumentos. Éstos necesitan ser examinados, sino van a continuar creando confusión.
El primero de los dos argumentos apeligra como sigue: La Iglesia católica, siendo la Esposa Inmaculada de Cristo, es mucho más que simplemente sus corruptos oficiales, porque es un todo del cual estos oficiales son meramente una parte. Pero la Católica Fraternidad San Pío X necesita permanecer en contacto con la Iglesia católica, fuente de su vida espiritual. Por consiguiente debe mantener contacto y continuar negociando con los corruptos oficiales.
Ciertamente los Católicos deben procurarse de la Esposa Inmaculada de Cristo todolo que precisan para llegar al Cielo, pero nunca de la corrupción de los corruptos oficiales de Iglesia podrán ellos procurarse su vida espiritual. Y si estos oficiales son tan corruptos en la Fe que el contacto con ellos pone categóricamente en peligro esa fe de los Católicos la cual es la base misma de la vida espiritual de los Católicos, entonces los Católicos deben categóricamente evitar tales oficiales. Ahora bien, el neo-modernismo de los oficiales Romanos de hoy en día es altamente corrupto y corruptor, con tanta más razón objetivamente peligroso por ser, más o menos, de parte de ellos, subjetivamente inocente. Por consiguiente, los Católicos que desean mantener la fe deben permanecer bien alejados de estos Romanos. ¡“Cor Unum” argumenta como si los neo-modernistas no presentan problema a la Fe!
Monseñor Lefeb vre sac ó la conclusión correcta. Cuando en la primavera de 1988 él hizo todo lo que él pudo haber hecho (y aún, uno puede decir, más de lo que él debiera haber hecho) para conseguir que los oficiales Romanos cumplieran con su deber de cuidar a la Tradición católica y, que aún luego de más de 10 años de duración de los esfuerzos de Monseñor, ellos todavía se negaban, demostrando con eso que lejos de querer cuidar a la Tradición querían meramente absorberla en su Neo-Iglesia, entonces Monseñor concluyó que ellos estaban tan corrompidos en la Fe que él no quería saber más nada de ellos hasta que ellos profesaran una vez más la Fe de los grandes documentos papales anti-liberales tales como Syllabus, Pascendi y Quas Primas.
Pues ciertamente la Fe no existe para los oficiales designados en la Iglesia, sino que ellos existen para la Fe. Así que si sus frutos demuestran más allá de toda duda que ellos están destruyendo la Fe, entonces, para defender la Fe no solamente debería la Fraternidad no estar hablando con los oficiales Conciliares sino que debería, con todo respeto y caridad, estar huyendo de ellos como de la plaga, por miedo a ser infectada ella misma con los peligrosísimos errores infecciosos Conciliares, a menos que, y hasta que, exactamente como Monseñor Lefebvre dijo, ellos demuestren que han terminado con su Conciliarismo y están retornando a la verdadera doctrina Católica.
El segundo argumento es que la concesión por parte de Roma de obispos que visitan los seminarios de la Fraternidad (incluyendo Écône) es prueba de la “benevolencia” de Roma hacia la Fraternidad, porque Roma hasta ahora “no sabe como tiene que tratar con la Fraternidad”. Y, una vez más, una golondrina aquí y otra allá se toman como significando el verano de la conversión de Roma. La candidez es pasmosa. Roma conoce exactamente como tratar con la Fraternidad: enviar obispos Conciliares dentro de sus seminarios de ella para mostrar a sus futuros sacerdotes cuan agradables son los hombres de la Neo-Iglesia Conciliar. Entonces, sin problema, la Fraternidad fluirá eventualmente dentro de la Neo-Iglesia.
La FSPX no tiene ningún derecho a pedir nada de lo que sea a estos oficiales Romanos, que tienen la autoridad tal vez, pero son apóstatas ciertamente. Y si les permite pensar que, objetivamente y colectivamente, ellos son cualquier otra cosa que no sea apóstatas, será como ellos “mentirosa” (cf. Jn.VIII,55).
Kyrie eleison.
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